¡Hola estudiantes! En esta clase vamos a comenzar a estudiar a quien es considerado el último de los tres filósofos más importantes de la Grecia clásica: Aristóteles.
Como ya estuvimos estudiando en las clases anteriores no es posible entender el planteo filosófico de Aristóteles sin los aportes de Sócrates y Platón, y claramente de los presocráticos.
En esta entrada repasaremos aspectos centrales sobre su vida, su relación con respecto al pensamiento de Platón ("soy amigo de Platón, pero más de la verdad", escribió) y específicamente su teoría anímica (qué sostuvo con respecto al "ALMA").
Es, indudablemente, uno de los hombres insoslayables en el estudio de la filosofía y de la ética en particular. Fue discípulo de Platón durante veinte años, transformándose, con el tiempo, en un opositor de su maestro, en el marco de la explicación de la realidad. Mientras Platón aseguraba que todo se reducía al mundo de las ideas, Aristóteles señala que la realidad es concreta e inteligible a partir de ella misma. Destacamos por nuestro estudio dos de las más importantes obras que explican explícitamente su concepción del obrar humano (conscientes del riesgo que se asume al nombrar sólo dos): su Tratado sobre el alma popularmente conocido en su interpretación latina como De anima y su Ética a Nicómaco.
Los seres vivientes según Aristóteles:
A pesar de que los pensadores griegos de la antigüedad se preocuparon del problema del alma, especialmente del alma humana, fue Aristóteles quien fijó ciertos principios y relaciones que hicieron comprensible este aspecto fundamental de una de las maneras más conocidas de entender al ser humano. El alma (ánima), para Aristóteles, y a diferencia de lo que hoy podemos pensar de ella, es algo concreto y definido que permite la vida en todos sus niveles, pues, es lo que anima, es aquello que permite que un organismo vivo sea tal, cualquiera sea su naturaleza y forma de expresar su estar vivo. Hay tres niveles anímicos según Aristóteles, que se expresan o no, según el organismo de que se trate. En las plantas se manifiesta como alma vegetativa, en los animales como alma sensitiva y en los seres humanos como alma intelectiva.
A) Alma Vegetativa: Llama así Aristóteles al principio vital que es propio de las plantas y que incluye funciones como la reproducción, la nutrición, el crecimiento, la respiración, la circulación de fluidos, la eliminación de desechos, la transpiración, etc., funciones que, en menor o mayor complejidad, pertenecen a todos los seres vivos; es más, tales funciones permiten que un organismo se constituya en un organismo viviente; en palabras contrarias, podemos decir que sin las capacidades o funciones nombradas no hay posibilidad de existencia viva, es la forma más elemental de lo viviente.
B) Alma Sensitiva: Es la propia de los animales. Subsume las funciones propias del alma vegetativa, pero incluye las propias. Pertenecen al alma sensitiva funciones tales como los instintos, la irritabilidad, los deseos o tendencias, el placer y el dolor. Se manifiesta mayormente en los organismos que poseen movimiento propio y una estructura nerviosa más compleja que la de las plantas y hongos, aunque esto último la ciencia actual lo ha puesto en duda, debido a que algunos vegetales han dado muestras de sensibilidad a nivel de laboratorios de prueba. El alma sensitiva es origen de actos altamente complejos en quienes la poseen, llamando la atención en el mundo animal algunos particulares modos de comunicación y organización, como ocurre con las ballenas, los delfines y las hormigas -entre otros-, sin embargo, aun cuando tales conductas sean similares a las humanas, perdura naturalmente en ellas el determinismo y la repetición refleja proyectada por los instintos y la irritabilidad.
C) Alma Intelectiva: Es el nivel anímico más elevado dentro de la existencia orgánica de nuestro planeta. Un nivel superior correspondería a un alma pura, sin cuerpo, lo que le permitiría una mayor libertad de conciencia y un dominio espacial multidimensional, pero ya no sería humana, cuestión que escapa a la ciencia actual, cuya referencia es el plano de lo experimental desde una óptica positivista , por tanto, el estudio de este supuesto tipo de alma (y del alma en general) es estudiado generalmente en los ámbitos de la metafísica, la parapsicología y la teología (aunque hay intentos incipientes de la física en teorizar acerca del alma y del alma liberada como energía pura).
El alma intelectiva es exclusiva de los seres humanos, subsume las funciones del alma vegetativa y el alma sensitiva.
Sus funciones características son la aprehensión de la realidad en imágenes y conceptos, la elaboración de juicios y la argumentación o razonamiento. Estas tres capacidades centrales se manifiestan a través de la memoria, la significación y simbolización de la realidad aprehendida, el lenguaje, la evaluación, la síntesis, la crítica y la creatividad o la capacidad de dar nueva forma a lo aprendido -que en última instancia es saber-.
La posibilidad de querer o no lo concebido por la inteligencia, el alma intelectiva lo logra gracias a la voluntad.
En resumen, pertenecen en propiedad al alma intelectiva los actos de pensar y de querer, que son posibles por la inteligencia y la voluntad, que son sus potencias específicas.
- Apuntes de cátedra de Filosofía II. Colegio Nº 1 "Domingo F. Sarmiento". 2023 SDE
2. Responde de manera escrita en tu carpeta: